El verato Ramón Pulido, escribe en su columna de “EL PREGON” sobre los refugiados
No quiero que ningún gobierno utilice mis impuestos para: discutir sobre cuotas, proporcionalidad, cierre de fronteras, construcción de vallas, alambradas, concertinas, etc. Les pago para que resuelvan los problemas, no para que generen más.
Muchas veces me pregunto si realmente estamos en el siglo XXI, o seguimos anclados en el XII o el XV, antes el fanatismo religioso católico castigaba a los infieles, hoy el fanatismo islámico mal entendido persigue también al infiel, que complementado con dictadores sin escrúpulos y ansiosos de poder, nos llevan al mundo real que hoy es portada de todos los medios, para vergüenza del ser humano.
Algunos se plantean si es conveniente o no la difusión de imágenes como la del niño sirio Aylan, muerto en una playa, da igual en cual, porque esta imagen si en todas las playas del mundo hubiera cámaras la veríamos repetida miles de veces; pero como no las vemos es como si no existieran y así no tenemos remordimientos. Que cierto es aquello de “Ojos que no ven…”
Desgraciadamente estas imágenes son necesarias, para despertar conciencias, aunque si se pusieran todas las que se producen a diario, correríamos el riesgo de acostumbrarnos a ellas y considerarlo como algo normal. Así de insensibles e irracionales podemos llegar a ser los seres humanos.
Pero ¿Qué hacen los gobiernos llamados democráticos, los poderosos, que disponen de esos magníficos servicios secretos, con infiltrados en tantos estamentos y grupos que provocan tanta barbarie y no toman medidas desde el ámbito internacional y de respeto a los más elementales derechos humanos?, ¿Por qué sólo intervienen si hay algo que expoliar en un país, o si como consecuencia de su intervención se generan buenos negocios de ventas de armas o de reconstrucción posterior a un conflicto? ¿Acaso invertir en valores humanos y de socorro a los necesitados no resulta rentable?
Efectivamente lo que estáis pensando es la respuesta, y es lo que está ocurriendo en Siria y tantos otros países, donde el conflicto se mantendrá cueste las vidas que cueste, porque el mercado está abierto, y cuando ya no sean necesarias las armas se abrirá el negocio de la reconstrucción y así seguirá siendo por los siglos de los siglos. Al final se contarán las victimas y servirán simplemente para rellenar una página más de la historia.
REFUGIADOS (Ramón Pulido 4/9/2015)